Conmemoran los 24 años del accidente del vuelo 587 en Nueva York

El vuelo, que se dirigía a Santo Domingo desde NY, dejó 260 muertos a bordo y cinco en tierra, la mayoría de origen dominicano.

El acto solemne inició a la misma hora en que se estrelló el avión.

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New York.– Entre lágrimas, abrazos y recuerdos, decenas de familias se reunieron este martes en el Parque Conmemorativo del Vuelo 587, en el vecindario de Belle Harbor, Queens, para rendir homenaje a los 265 fallecidos del trágico accidente aéreo ocurrido hace 24 años, el 12 de noviembre de 2001.

El acto solemne, que se realizó para no dejar en el olvido a las víctimas, la mayoría de origen dominicano, comenzó puntualmente a las 9:16 de la mañana, la hora exacta en que el avión de American Airlines, que viajaba desde Nueva York hacia Santo Domingo, se estrelló poco después de despegar.

El sonido de una campana marcó el inicio de un minuto de silencio, seguido por la lectura de los nombres de cada una de las víctimas, una tradición que los familiares mantienen año tras año para mantener viva su memoria.

    Al concluir la ceremonia, los presentes colocaron flores junto a los nombres grabados en el monumento, en un gesto de amor y respeto hacia sus seres queridos.

    El evento contó con la participación de autoridades locales, incluyendo al alcalde Eric Adams y a la vicealcaldesa Ana Almanzar, quienes resaltaron la importancia de acompañar a las familias en un dolor que, según dijeron, "no se limita a un solo día, sino que se lleva presente durante todo el año".

    Impacto y legado de la tragedia en la comunidad

    Es una herida que nunca se cura, pero al reunirnos cada año encontramos consuelo. Leer sus nombres en voz alta es una forma de asegurarnos de que nunca mueran en el olvido.

    El vuelo 587, que se dirigía a Santo Domingo, dejó 260 muertos a bordo y cinco en tierra. La tragedia ocurrió apenas dos meses después de los atentados del 11 de septiembre, lo que profundizó el impacto emocional en la comunidad neoyorquina y dominicana.

    A pesar del paso del tiempo, el dolor sigue latente. Cada aniversario se convierte en un recordatorio de la fuerza, la fe y la unión de las familias que mantienen viva la memoria de sus seres queridos.


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