La salud mental, la pandemia silenciosa que afecta a RD
República Dominicana destinando recursos insuficientes para atender la salud mental.
El país destina menos del 1 % de su presupuesto sanitario a la salud mental.
Actualizado: 07 de Octubre, 2025, 07:59 PM
Publicado: 07 de Octubre, 2025, 07:37 PM
Santo Domingo.– La salud mental se ha convertido en una crisis global y República Dominicana no es la excepción, alertan expertos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de mil millones de personas en el mundo padecen algún trastorno mental, cifra que se incrementó tras la pandemia de COVID-19, revelando una pandemia silenciosa marcada por ansiedad, depresión, adicciones y soledad digital.
Víctor Bautista, especialista en salud mental, explica que aunque los seres humanos parecen más conectados que nunca, emocionalmente son más frágiles. Este deterioro no solo se refleja en hospitales, sino también en la forma en que convivimos, trabajamos y ejercemos el poder, afectando la interacción social y la dinámica política.
En el caso de República Dominicana, los indicadores muestran una situación alarmante: uno de cada cinco ciudadanos enfrenta algún trastorno mental. Sin embargo, el país destina menos del 1 % de su presupuesto sanitario a atender este problema, lo que evidencia un desajuste entre la magnitud del desafío y los recursos disponibles.
Experto
Bautista advierte que la crisis va más allá de la salud individual.
Señala que la patología también se evidencia en el ejercicio del poder, cuando dirigentes mienten y terminan creyéndose sus propias ficciones, o cuando la realidad se diluye en una telaraña digital poblada por sujetos desequilibrados que manipulan emociones, falsean datos y participan en campañas de descrédito.
Este fenómeno, denominado "sicariato moral", refleja un impacto directo de la salud mental sobre la política, la sociedad y la convivencia diaria.
La saturación informativa, la violencia emocional y la deshumanización digital son factores que agravan la crisis. La normalización de la mentira, la erosión de la empatía y el ascenso del cinismo como estilo de vida son señales de una enfermedad social, que no siempre se mide en hospitales, pero afecta profundamente la vida cotidiana.
Expertos coinciden en que la salud mental no es únicamente un asunto médico, sino un termómetro de nuestra humanidad.
- La pandemia silenciosa que recorre el mundo evidencia que la capacidad de las sociedades para prosperar depende no solo del crecimiento económico o la infraestructura sanitaria, sino del bienestar emocional y social de sus ciudadanos.
"Estamos frente a una crisis que exige atención integral, prevención, educación y políticas públicas efectivas. Ignorarla compromete no solo la salud de los individuos, sino también la cohesión social y la calidad de la democracia", concluye Bautista.
La advertencia es clara: la salud mental es un desafío global y local, y su atención debe convertirse en prioridad para asegurar comunidades más resilientes y sociedades más humanas.
