“Todo se dañó, tuve que recostar la nevera”: residentes de SDO lo pierden todo por las inundaciones

Santo Domingo.– Con escoba en mano y el cansancio reflejado en sus rostros, decenas de residentes de Santo Domingo Oeste amanecieron este domingo intentando sacar el agua de sus viviendas, luego de que las inundaciones provocadas por las lluvias penetraran hasta sus habitaciones.

En el sector de Bayona, el panorama era devastador.

María Mercedes, una de las afectadas, relató entre lágrimas que no durmió en toda la noche tratando de salvar sus enseres.

“Todas las casas están inundadas, los colchones, la nevera… Tuve que recostar la nevera porque el agua la levantó. Todo se dañó: la ropa, los tenis, todo”, contó mientras mostraba los daños dentro de su hogar.

Al amanecer, esperaba que el sol ayudara a secar algunas pertenencias que aún considera recuperables, aunque el ambiente en la zona era de pérdida total.

Vecinos narran el miedo y las pérdidas

Carlos Pozo, otro de los residentes afectados, mostró las marcas del agua por encima de los tomacorrientes y relató que tuvo que salir corriendo cuando el nivel subió repentinamente. “Tenía miedo, el agua entró muy rápido y me rodeó por todos lados”, expresó.

Por su parte, Manuel García, comerciante del sector, contó que tuvo que improvisar una barrera de sacos de arena frente a su colmado, ubicado en la galería de su casa, para evitar que el agua siguiera entrando.

“La cantarilla está tapada y el agua se devuelve hasta los carros. Tuvimos que mantenernos toda la noche vigilando para que no se metiera más”, dijo preocupado.

La misma situación se vivió en el ensanche La Altagracia de Herrera, donde las calles quedaron completamente anegadas y varios comerciantes reportaron pérdidas materiales. “Siempre que llueve fuerte se nos mete el agua. Se me dañó el arroz, el equipo de música y muchas cosas más”, lamentó otro de los afectados.

Calles convertidas en ríos y reclamos al drenaje pluvial

Los residentes de Santo Domingo Oeste piden soluciones definitivas al problema del drenaje pluvial, que cada vez que llueve convierte sus calles en ríos.

“Esto es una penuria. Hay calles donde no se puede pasar ni en vehículos ni a pie”, denunciaron, al tiempo que mostraban cómo las calles parecen brazos de mar, donde es imposible distinguir las aceras.