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19 Abril 2024

“El Ateo”

Quiero contarles una historia de un joven que fue criado como un ateo. Estaba entrenando para salto ornamental a nivel de las olimpiadas.

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Un cordial saludo a todos mis queridos lectores.

Una vez cuando yo fui Director de la Pastoral de los Afligidos en la Arquidiócesis de Miami, fui a hacer un funeral y cuando llegue a la casa funeraria me salió el hijo y me dijo: Yo no creo en nada y en nadie. Mi esposa esta allá adentro y ella si es creyente.

Cuando salía de hacer mis oraciones, aquel hombre me dijo: Lo espero mañana si Dios quiere. Yo vire para atrás y le dije: Como Usted me dijo, si Dios quiere. Pero yo creía que Usted no creía en nada ni en nadie, y el hombre me contesto: Es que uno habla mucha bobería, yo sí creo, es que uno habla muchas tonterías algunas veces.

Siempre he dicho que si hablar costara algo, los seres humanos tuvieran que tener dos trabajos, uno para vivir, y otro para pagar el impuesto de todo lo que habla, y que muchas veces es míe……., pero es que así somos los seres humanos.

Quiero contarles una historia de un joven que fue criado como un ateo. Estaba entrenando para salto ornamental a nivel de las olimpiadas.

La única influencia religiosa que había recibido durante su vida le llego a través de un primo que era cristiano. El no prestaba mucha atención a las palabras de su primo, aunque lo escuchaba con frecuencia pero le hacía mofa.

Una noche se fue a la piscina de la universidad en la cual estudiaba. Las luces estaban apagadas, pero como la noche era clara y la luna brillaba, el deportista se dedicó a practicar.

Aquel joven se subió al trampolín, en donde se colocó de espalda, era muy alto pues tenía como dos pisos de alto, extendió sus brazos. Al hacer esto, vio su propia sombra en la pared. La sombra que se reflejaba de su cuerpo tenía la misma forma de una cruz.

En lugar de saltar, se arrodillo y, le pidió a Dios que entrara en su vida. Mientras aquel joven oraba, el personal de mantenimiento ingresó en el lugar y encendió las luces. Ellos habían vaciado la piscina para repararla.

Para los que no creen en nada esto es un milagro, que aquel muchacho no se hubiese tirado, porque se habría matado al caer.

Termino con el Salmo 1, Versículo 1, que dice: “Feliz el hombre que no sigue el consejo de los malvados. Ni va por el camino de los pecadores, ni hace causa común con los que se burlan de Dios”.

Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.

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